F. Barrenechea: Comedy and Religion

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Titel
Comedy and Religion in Classical Athens. Narratives of Religious Experiences in Aristophanes' Wealth


Autor(en)
Barrenechea, Francisco
Erschienen
Anzahl Seiten
XII, 201 S.
Preis
£ 75.00
Rezensiert für H-Soz-Kult von
Claudia Nélida Fernández, Centro de Estudios Helénicos, Universidad Nacional de la Plata

Comedy and Religion in Classical Athens. Narratives of Religious Experiences in Aristophanes’ Wealth, de Francisco Barrenechea, nos ofrece una lectura innovadora de la participación de los dioses en la fantasía cómica de Pluto (Wealth), la última comedia conservada de Aristófanes, y se alza como una voz de alerta sobre lo mucho que queda por explorar y decir acerca de la relación de la comedia griega antigua con la religión de su época.1 El autor detecta que una serie de relatos tradicionales sobre experiencias religiosas permean toda la obra, creando un marco religioso sobre el cual la trama se estructura; para expresarlo con palabras de Barrenechea: „[…] Aristophanes incorporates religious elements into his drama in ways that have not previously been taken into account“ (p. 1).

Gran parte de la originalidad del libro reside, precisamente, en el foco puesto en la representación narrativa de este tipo de vivencias, que evidencian unos patrones comunes en forma y contenido, y cuyo rol en Pluto será abordado en cada uno de los cinco capítulos que segmentan el volumen. Nos referimos a los textos oraculares, los relatos de sanaciones divinas, el racconto de epifanías o las historias que dan cuenta de la introducción del culto de una nueva divinidad. En todos los casos, Barrenechea pasa revista a variadas fuentes, en su mayor parte provenientes de contextos religiosos – inter alia las fuentes epigráficas de santuarios – y advierte acerca de la función cultural que han tenido estos géneros discursivos a la hora de proveer un modelo de autoridad acerca de cómo percibir fenómenos de esta clase.

Ningún tema concomitante queda sin atender. Ello explica el contenido del Capítulo 1 („Numinous Wealth“), centrado en el problemático estatus de la personificación de Pluto, que, según queda bien demostrado, lejos de representar un dispositivo retórico habitual, típico del modo de pensar de la cultura griega, proclive a las personificaciones de los conceptos abstractos, está al servicio de su presentación como un verdadero dios, con poderes divinos, lo que resulta esencial para la propuesta de lectura que se sigue, atenta al marco religioso de la obra.

El segundo capítulo („An Apollonian Beginning“) llama la atención sobre la activa participación de la divinidad délfica, que oficiará de guía de toda la acción. Pluto retoma el tipo de oráculo que remite a „lo primero que uno encuentra“ („the first met“), muy frecuente en el registro de sus colecciones. Se trata de un oráculo que demanda la participación activa de los espectadores para la revelación que supone su formulación enigmática, al tiempo que dispara un plan de colaboración entre dioses y hombres que resulta clave en esta pieza.

Le sigue „A Healing Story“ (Capítulo 3), acerca de la sanación a través de la incubación en los santuarios de Asclepio. Por la mediación del esclavo Carión, Aristófanes expone la intervención directa del hijo de Apolo en la recuperación de la vista de Pluto, a través de un relato que, a juzgar por los rasgos comunes que comparte con los iamata circulantes en su tiempo, podría considerarse una adaptación creativa de los mismos, sobre todo por compartir el propósito de dar un testimonio del poder de la divinidad a través de su aretalogía. Barrenechea advierte que estas apropiaciones de relatos de corte religioso por parte de Aristófanes contribuyen a la expansión de este tipo de creencias. Al mismo tiempo, el discurso del esclavo mensajero transforma a Asclepio en un héroe cómico: „[…] the strategy of Wealth is to transform the god into a hero worthy of comedy, into a sort of boorish savior“ (p 88). Al unificar conceptos que hacen a la buena vida de los hombres, como riqueza y salud (ploutygieia es precisamente un término acuñado por el comediógrafo), la comedia añade un peso simbólico, y de orden moral, a la narración de la cura.

Los dos últimos capítulos están temáticamente asociados: por un lado, „A Household Shrine“ (Capítulo 4) trata la transformación de un espacio privado (la casa de Crémilo) en un espacio público (el santuario de una divinidad) y, por otro, „A New God Arrives“ (Capítulo 5) analiza la instauración final (hydrisis) de Pluto en la Acrópolis. La doble incorporación del dios de la riqueza a la casa del protagonista (antes y después de la sanación) cobra sentido si esta es leída, como el autor propone, a la luz de las historias de epifanías. La vinculación se hace evidente en la exposición, otra vez en boca del esclavo, de la sorpresiva abundancia de la casa del amo. La incorporación de una nueva divinidad pone de manifiesto la colaboración entre los patrocinadores mortales y los agentes divinos; la comparación con la instauración de Paz en la comedia homónima se impone de suyo. En el caso de Pluto, sin embargo, hay un dato novedoso: la nueva divinidad viene en sustitución de las antiguas –„Wealth is thus the only ‚Zeus‘ who merits the title of ‚savior‘“ (p. 155).

La Conclusión („Comic Miracles“) integra lo desarrollado en los capítulos previos y extiende la argumentación hacia cuestiones fundamentales para la interpretación de la pieza. Barrenechea sostiene una visión optimista y festiva de Pluto con respecto a la esperanza depositada por los creyentes en ciertas divinidades consideradas amigas de los hombres. En ese sentido, la cooperación entre mortales y dioses es central en la fantasía cómica de esta obra, que viene finalmente a certificar que los dioses sí se ocupan de sus feligreses.

Completa el libro una lista bibliográfica, y un índice general de temas, fuentes y autores citados, antiguos y modernos. La Introducción que inaugura el volumen se explaya acerca de los propósitos y alcances de lo tratado en los capítulos que le siguen; sin embargo, comentarios explicativos recorren toda la exposición a modo de guía de lectura, un gesto del autor que el lector agradece.

El libro de Barrenechea logra demostrar con creces lo que se propone, esto es, el rol fundamental de la religión griega en la trama de Pluto, ilustrada a través de la reproducción, innovación, y hasta subversión del patrón básico de historias de experiencias religiosas. En esa dirección da una respuesta positiva acerca de una cuestión controvertida, como lo es la relación entre el humor y la religión, que algunos han visto como conflictiva, cuando en verdad no es para nada extraña en el mundo griego, donde el humor es parte integral de rituales y fiestas religiosos. Un problema ético no menor, como supone atribuir la inequidad económica a un Zeus arbitrariamente misántropo, tal como esta comedia lo expone, termina resolviéndose, sin embargo, enarbolando la bandera a favor de unos dioses filantrópicos que responden satisfactoriamente a la solidaridad que implica corregir la injusticia instaurada por Zeus a través de una dinámica colaborativa de ayuda mutua entre humanos y dioses. Este mensaje esperanzador de Pluto no carece tampoco de ambigüedades, contradicciones y cierta dosis de escepticismo, que también son comunes a otros discursos vinculados con la religión griega. La lectura de Barrenechea nos revela una comedia que busca constituirse en una expresión legítima dentro del conglomerado de discursos religiosos de su tiempo, en los que participa activamente con sus expresiones acerca de las creencias y las divinidades.

Note:
1 Hay algunos antecedentes sobre el tema; destacamos especialmente Angus Bowie, Aristophanes. Myth, Ritual and Comedy, Cambridge, 1993; y, sobre Pluto en particular, Pavlos Sfyroeras, What Wealth Has to Do with Dionysus. From Economy to Poetics in Aristophanes’ Plutus, in: Greek, Roman, and Byzantine Studies 26 (1995), pp. 231–261.

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